Hace un año nos separamos y hoy lo vi nuevamente.
Hace un año dejó de ser mi compañía en las noches, el responsable de mis locuras juveniles y el heredero único de mi calidez al despertarlo cada mañana.
Hoy lo vi y supe que no todo estaba perdido,
Que el calor de sus manos, la frialdad de sus suspiros y la invalidez de sus palabras habían quedado atrás.
Que sus instintos masculinos, mi despertar al amor y los deseos descontrolados que teníamos de jóvenes, no se apagaron cuando nuestro amor se murió en una noche de invierno y lluvia.
Hoy, mientras pintaba mis uñas y escogía el vestido más sensual para recibirlo a comer, sabía que nuevamente estaría acompañándonos el reflejo de la luna y una copa de vino, mientras su mirada con la calidez de mi cuerpo en un éxtasis manipulado por la noche, aseguraban que su presencia no la cambio por ninguna.
Hoy lo vi y frente a su figura, no existe experiencia más maravillosa que aniquilar sus deseos con una mirada leal, transparente y codiciosa.
Hoy te vi y mi amor renació desde su tumba.